En el post anterior hablábamos que con la entrada del nuevo año muchos de los nuevos propósitos estaban relacionados con hacer cambios en la dieta y empezar a cuidarse un poco, como ejemplo, los dos clásicos, dieta y gimnasio, pero otro de los pilares de ese manuscrito que a veces nos trae de cabeza, es, aunque gracias a dios no para todos, dejar de fumar.
“El lunes lo dejo”( aunque nunca decimos de que año…),
“cuando termine esta cajetilla lo dejo!” (acaba convirtiéndose en el cartón, el estanco,…),
” si es que a mi realmente me gusta fumar”(puro masoquismo…),
“voy a intentar fumar solos los fines de semana” (traducido como: fumo lo mismo pero en dos dias…),
“voy a empezar reduciendo… por dos al día no es malo!”(… pero tampoco es bueno..),
“es que si dejo de fumar me voy a poner… “ (me voy a poner… sano!).
Seguro que alguna vez se ha pasado alguna de estas ideas por la cabeza, pero al final, nunca se da el paso de dejar de fumar, y no es debido al monstruo de la nicotina, sino al monstruo que llevamos dentro que se llama miedo e inseguridad.

¿Por qué se engorda cuando se deja de fumar?
Hay factores que al dejar de fumar predisponen a ganar peso. Dejar de fumar puede afectar a las hormonas, al sistema nervioso, al sentido del gusto y del olfato, a la capacidad de digerir y asimilar los nutrientes de los alimentos. Y por otro lado, puede causar ansiedad e insomnio. Visto así, parece que no os esté motivando mucho a dejar de fumar, incluso puede que os esté asustando más :), pero la realidad es que hay muchos factores que no podemos controlar, pero otros sí, como la ansiedad o el insomnio, sin la necesidad de empezar a comer sin límites con el fin de paliar éstos síntomas…
La nicotina actúa sobre el organismo disminuyendo su apetito y reduce la función de la vesícula biliar, lo que dificulta el aprovechamiento de los nutrientes de los alimentos. Junto con el resto de componentes tóxicos del tabaco, tienen un impacto muy negativo para la salud, y aunque cueste un poco, la recompensa merece la pena. No obstante, si se lleva a cabo una dieta adecuada y se practica ejercicio físico regular, dejar de fumar no implica que forzosamente se vaya a engordar.
Aun así, os dejo unos consejos para ayudaros en ésta lucha :). Una de las claves es la de tratar de controlar la ansiedad, por ello es muy importante no saltarse ninguna comida, ya que eso provoca llegar a la siguiente con mucha más ansiedad, lo que conlleva a comer más de lo debido.

Cada vez que entren ganas de fumar un cigarrillo, beber un gran vaso de agua. Pero ojo con bebidas que lleven alguna sustancia estimulante, como el café, o refrescos con cafeína, y el té, aunque en menor medida, ya que pueden causar aún más ansiedad.
Si queremos calmar la ansiedad con dulce, olvídate del chocolate, es preferible un fruta, endulza y tiene menos poder calórico.
Chicles, y/o caramelos sin azúcar, regaliz de palo… también son útiles para sustituir el cigarrillo, pero ojo con las pipas y los frutos secos!! Son muy calóricos, aunque hay estudios que demuestran que el olor de los frutos secos es ideal para eliminar los antojos del cigarro.
Intenta no condimentar mucho las comidas, hay ciertas especias que pueden ser estimulantes, lo que pueden abrir más el apetito, sin embargo, otras como jengibre, cúrcuma, canela y cilantro ayudan a quitar las ganas de fumar.
Según la Universidad de Durkeim, hay alimentos que empeoran el sabor del cigarrillo, como las frutas, las hortalizas o los productos lácteos. Por el contrario, consumir abundante carne, alcohol o café produce el efecto contrario, ya que realza su sabor, haciendo más atractivo el hábito de fumar. El estudio demuestra, pues, que el hábito de fumar parece estar reforzado por el consumo habitual de ciertos alimentos que potencian su sabor.
Por tanto, llevar una buena dieta puede ayudarnos no solo a no querer fumar, sino a controlar la ansiedad que el dejarlo puede ocasionar. Una dieta que sea rica en verduras (como la espinaca o el espárrago), lácteos, pescados (ricos en omega 3), cereales como la avena , infusiones como la manzanilla, nos puede ayudar a que al menos.

Así que ánimo, tus esfuerzos tienen recompensa y no tienen porqué hacerte perder la sonrisa ni la figura.
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